México: el subcomandante Marcos comenzó la marcha zapatista que recorrerá todo el país
El subcomandante Marcos abandonó hoy la selva con centenares de rebeldes zapatistas para recorrer el país antes de las elecciones presidenciales del 2 de julio, con el fin de formar un movimiento de izquierda en México.
El hecho coincide con el levantamiento guerrillero que dirigió Marcos en el estado de Chiapas, en el límite con Guatemala, el primero de enero de 1994, donde murieron más de un centenar de zapatistas.
Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), comenzó su travesía desde el poblado chiapaneco de La Garrucha.
Cientos de zapatistas, que usaban pasamontañas negros, se reunieron en el valle de La Garrucha, para iniciar la caravana nacional denominada "La otra campaña" durante seis meses.
La marcha incluirá los 31 estados del país y la ciudad de México, y se realizará en forma paralela a las campañas políticas para las elecciones presidenciales del 2 de julio.
Marcos y sus seguidores tienen previsto después de un primer recorrido de unos 120 kilómetros llegar en las próximas horas a San Cristóbal las Casas, en el estado de Chiapas, donde está anunciado un acto.
Antes de iniciar la marcha, el EZLN reclamó respeto a la autonomía indígena y luego unos 5.000 zapatistas festejaron con bailes y cantos el aniversario del levantamiento armado el primero de enero de 1994. Los zapatistas mantienen un compromiso de cese el fuego contra fuerzas del gobierno mexicano.
La 'otra' guerra del
movimiento zapatista
Después de soportar durante más de diez
años una guerra de 'baja intensidad' por parte del Gobierno
mexicano, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
pone en juego todos los avances en autonomía logrados hasta el
momento y se embarca en un proyecto de vida o muerte: La Otra
Campaña. Los zapatistas proponen en su última Declaración un
modelo de política que pocas veces se ha probado. El EZLN no
quiere alcanzar en primer lugar el poder para cambiar la
sociedad; esta vez la revolución no llegará desde arriba sino
"desde abajo y a la izquierda".
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Zapatista pensativo ante el
inicio de la Otra Campaña del EZLN
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PALENQUE. (30.01.06) Pocas horas después
de haber comenzado el año 1994 y entrar en vigor el Tratado de
Libre Comercio (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y México, que
consolida por tiempo indefinido la era neoliberal en el hemisferio
norte del continente americano, en un pequeño estado del sureste
de México llamado Chiapas se levanta en armas un ejército
indígena encabezado por el Subcomandante Insurgente Marcos. Los
rebeldes toman en pocas horas las cabeceras municipales
chiapanecas de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano,
las Margaritas y Comitán. Los miles y miles de indígenas que
ocupan con su inquietante silencio los palacios gubernamentales
sólo tienen dos palabras que decir: "Ya Basta". Ya
basta de tanto despojo, de tanta marginación, de tanta pobreza y
de tanto acoso.
Por aquel entonces el Estado mexicano de Carlos
Salinas de Gortari contestó a la provocación como suelen hacerlo
los Estados intransigentes: con un alud de bombas. Los
enfrentamientos entre el Ejército federal y los insurgentes
duraron varios días provocando decenas de muertos y heridos de
ambos bandos hasta que la sociedad civil mexicana e internacional
salió a las calles pidiendo al presidente que hiciese cesar los
bombardeos y buscase una solución pacífica al conflicto. Se da
inicio así a una "tregua armada" que durará más de 10
años y que estará salpicada por numerosas movilizaciones,
negociaciones y promesas incumplidas. El proceso de desgaste
llegó a tal punto que en el año 2001 los zapatitas realizaron la
mayor movilización ciudadana de la historia de México: la Marcha
del Color de la Tierra. Cientos de miles de indígenas llegaron al
Zócalo para pedir que las leyes mexicanas respetasen la cultura y
la autonomía de los pueblos indígenas. Pero tampoco así se
logró nada. Meses después el Senado de la República de México
hizo caso omiso a las peticiones del EZLN.
Autonomía y guerra de baja intensidad
Para muchos esto era el triste final de un
movimiento. La causa estaba perdida. Ya no se podía hacer nada
más; ya se había hecho todo lo posible. Pero si algo tienen los
zapatistas es paciencia, mucha paciencia. Los líderes del
movimiento no se amedrentaron. No contaban con la legitimidad del
poder legislativo mexicano, pero tenían las tierras conquistadas
a los terratenientes en 1994 y sabían que podían construir una
autonomía 'de facto' entre las montañas de la selva Lacandona.
Surgen así los cinco caracoles zapatistas: Oventic, Morelia, La
Garrucha, La Realidad y Roberto Barrios. Estas cinco regiones
comprenden 38 Municipios Autónomos Zapatistas y acogen a cientos
de miles de bases de apoyo que se reproducen de manera
espectacular debido a la alta tasa de natalidad de los zapatistas.
Como dice Julio, un mexicano que lleva más de cinco años
viviendo en territorio zapatista, "aquí tienen que
introducir políticas de natalidad ya, si no se van a quedar
pronto otra vez sin tierras".
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Vicente, un joven zapatista
fiel a la causa
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Las cinco regiones autónomas zapatistas están
gobernadas por las Juntas de Buen Gobierno, compuestas por un
consejo ciudadano de unas diez personas, en su mayoría hombres,
que siguen un sistema de rotación de diez días, al final de los
cuales se sustituye dicha Junta. Es impresionante ver como al
frente de una región no está el gobernador, el presidente o el
alcalde de turno, sino un consejo de diez campesinos, muchos de lo
cuales no saben ni hablar ni leer español correctamente. Estos
'compas' son la máxima autoridad regional en la atención de
denuncias, resolución de conflictos y cumplimiento de las leyes
zapatistas. Su cometido es "gobernar obedeciendo". No
gobiernan según les parece a ellos sino según mande la
comunidad. Y la comunidad manda muchas cosas: manda que esté
prohibido el alcohol y otras drogas, manda que se planten dos
arbolitos por cada uno que se tale, manda que se registren todos
los coches de la zona y manda que se paguen 2.000 pesos (200
dólares) por realizar relaciones sexuales extramatrimoniales.
Pero el Estado mexicano no acepta de buena gana
este grado de autonomía 'de facto'. No emplea la fuerza bruta
para eliminar a los zapatistas, pero sí realiza una guerra de
'baja intensidad' contra las poblaciones autónomas. ¿En qué
consiste esa guerra de baja intensidad? En primer lugar, desde las
bases cercanas a territorio zapatista se envían constantemente
convoyes, helicópteros y avionetas militares para vigilar y, al
mismo tiempo, intimidar a la población de la zona. En segundo
lugar, se permite la existencia de grupos paramilitares formados
por terratenientes que quieren recuperar las tierras perdidas y
que están llevando a cabo una campaña de acoso y hostigamiento
contra los zapatistas. En tercer lugar, se apoya económicamente a
los comités regionales de los partidos estatales como el PRI, el
PRD y el PAN para que hagan campañas en contra de los
insurgentes, siendo el método más utilizado en las últimas
fechas "invitar a los zapatistas a beber alcohol para que
dejen el movimiento", según reconoce Luis, miembro de la
Oficina de Información del caracol de La Garrucha. Y finalmente,
en palabras de Manuel, líder estudiantil del Distrito Federal de
México y muy afín al zapatismo, "el Gobierno propaga
rumores infundados de que los zapatistas tienen nexos con el
narcotráfico, propios de los manuales de contrainsurgencia de la
CIA para desacreditar el movimiento ante la población del
país".
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Convoy militar de vigilancia
del Ejército mexicano al paso por zona zapatista
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Sin embargo, a pesar de esta campaña de acoso, la
mayoría de los zapatistas no se rinden y aguantan estoicamente
todas las envestidas. Muchos ya han perdido la fe y se han pasado
al otro bando. "Esos son los traidores", comenta Rosa,
una activista internacional que vive en territorio zapatista. Pero
la verdad es que es difícil resistirse a las ofertas del aparato
estatal cuando uno es pobre. ¿A quién no le gusta tener agua
caliente, energía eléctrica, maestros en las escuelas y tomar
unos tragos con los amigos? Muchos zapatistas, al ver como viven
las comunidades no zapatistas de al lado, dejan el movimiento y
pasan "a la vida moderna", pero muchos otros no se dejan
convencer. Ellos saben que su causa es justa y que no van a parar
hasta que logren su autonomía y sus derechos. Como dice Sergio,
componente de las bases de apoyo del EZLN, "esta lucha ha
comenzado y no vamos a parar hasta que termine el despojo del Mal
Gobierno. Yo ya estoy dentro. A mí me mataron a un primo en
Ocosingo en 1994. Yo ya soy parte del conflicto y no hay marcha
atrás".
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Mujeres zapatistas en la marcha de San
Cristóbal de las Casas
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Los pasos hacia delante tienen que ver
precisamente con la consolidación de la autonomía. Y aquí los
zapatistas se han dado cuenta de que para ser autónomos se
necesita dinero y ayuda del exterior. No llega sólo con tener
tierras para cultivar. "Hay que tener los medios necesarios
para poder cultivarlas de manera eficiente", explica Julio. Y
lo mismo se puede decir también de la educación. No basta con
tener escuelas autónomas. Son necesarios cursos de capacitación
y fondos para que los maestros locales puedan ofrecer una buena
educación a los niños zapatistas. Así nace la nueva fase del
zapatismo. El EZLN se da cuenta de que no puede cambiar el país
solamente desde la lucha indígena y en la Sexta Declaración de
la Selva Lacandona emitida el pasado junio se abre al exterior
para encontrase con todos los movimientos sociales nacionales e
internacionales que también luchan contra la explotación del
capitalismo en su fase neoliberal. Esta etapa de contactos y
reuniones entre el EZLN y otros movimientos contestatarios se
inició el pasado 1 de enero con la salida del Delgado Zero, el
Subcomadante Marcos, del caracol de la Garrucha, en lo que se
conoce popularmente en México como "La Otra Campaña del
EZLN".
La Otra Campaña
Nadie en México sabe con exactitud lo que es La
Otra Campaña, es decir, nadie sabe cuál es realmente la nueva
estrategia de los 'Neozapatistas'. Todos los taxistas preguntan lo
mismo: ¿Pero qué es eso que quiere hacer Marcos?, ¿quiere
llegar a presidente?, ¿quiere crear un partido político?, ¿qué
'chingados' quiere conseguir con todo esto? Incluso una
investigadora del prestigioso Colegio de México, Diana Ibáñez,
se pregunta lo mismo: "Habría que preguntarle a Marcos cuál
es su nueva estrategia porque yo no lo tengo muy claro". Pero
justamente ahí es donde está la estrategia del EZLN. Ni el
propio Subcomandante Marcos sabe dónde va a acabar todo esto.
Ésta no es una revolución convencional a través de la cual se
llega al poder para realizar los cambios oportunos. "El EZLN
siempre ha hecho lo que ha dicho y si dice que no va a llegar al
poder y no quiere crear un partido político es que no lo va a
hacer", comenta Raúl, un miembro del EZLN muy cercano a la
Comandancia. La Otra Campaña es un experimento que jamás se ha
llevado a cabo. "Lo que quiere el EZLN - dice Raúl- es
hablar con la gente de izquierda y cambiar la sociedad no desde
arriba, porque eso ya se sabe que no funciona, sino desde abajo,
desde la misma gente", por eso Marcos no se cansa de decir
que su lucha tiene que ser "de abajo y a la izquierda".
Aunque muchos en México no acaben de creérselo
del todo, sobre todo si se tiene en cuenta que el país lleva ya
muchos meses en campaña electoral para definir quién va a ser el
próximo presidente de la República a partir del próximo julio,
La Otra Campaña del EZLN no tiene un objetivo determinado, no
tiene unas metas definidas. Como dice el propio Subcomandante
Marcos, "la Otra va a ser lo que los adherentes de la misma
quieran hacer de ella". El 1 de enero de 2006, cuando el
Delegado Zero salió de la Garrucha en su moto y con su pingüino
(la mascota de la Otra: un gallo tuerto) para recorrer en seis
meses los 32 Estados que forman el país para hablar con la gente
"sencilla y humilde del pueblo mexicano", el EZLN
comenzó una nueva fase en su historia. Los zapatistas dejan de
lado las armas y comienzan 'otra guerra'. La guerra consistente en
enseñarle a los mexicanos desencantados por la política de
partidos que el EZLN es capaz de hacer otra política. Una
política basada en el diálogo, la palabra, el oído, el respeto,
la unión y la creación de redes nacionales e internacionales con
poder de convocatoria y presión.
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El Subcomandante Marcos pronunciando su
discurso en Palenque
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En esta nueva fase el movimiento va a dividirse en
tres grupos. Una parte, la mayoría, se encargará de defender a
las comunidades zapatistas y apoyarlas en el fortalecimiento de la
autonomía. Un segundo grupo, liderado por el Teniente Coronel
Moisés, empezará a establecer relaciones a nivel mundial para
crear "apoyos mutuos con personas y organizaciones que
resisten y luchan contra el neoliberalismo". Y el tercer
brazo, encabezado por el Subcomandante Marcos, será la comisión
que se dedicará a visitar a "todos los explotados y
desposeídos de México" para construir otra forma de hacer
política, en la cual "la única paga sea la satisfacción
del deber cumplido, o sea como antes hacían los militantes de
izquierda que no paraban ni con golpes, cárcel, muerte y mucho
menos con billetes de dólar". En sí la idea es crear una
red nacional que luche por una nueva constitución que tenga en
cuenta lo que el EZLN llama las demandas del pueblo mexicano:
techo, tierra, trabajo, alimento, salud, educación, información,
cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz.
Los primeros pasos de la nueva fase
La Otra Campaña se inició oficialmente con un
mitin multitudinario en San Cristóbal de las Casas, en el centro
del Estado de Chiapas, donde cerca de 20.000 personas escucharon
decir al Subcomandante Marcos que "hoy fuerzas conjuntas de
La Otra Campaña tomaron e hicieron suya la ciudad de San
Cristóbal de las Casas, símbolo de la soberbia y el orgullo del
de arriba". El líder insurgente tuvo duras palabras en su
primer discurso. Arremetió contra la clase empresarial y
política de México y dejó claro que él sólo se iba a unir a
los movimientos de izquierda de verdad y no a aquellos liderados
por personajes como Andrés Manuel López Obrador, el mandatario
del Partido Revolucionario Democrático (PRD), que tiene la vitola
de ser un partido de izquierda con muchas posibilidades de ganar
las próximas elecciones, pero que, en realidad, estos últimos
años se ha corrompido con la presencia de muchos cuadros del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), que estuvo más de 70
años en el poder hasta que en el año 2000 los neoliberales del
Partido de Acción Nacional (PAN) llegaron al Gobierno de la
República de la mano de Vicente Fox. El Subcomadante Marcos
recordó en San Cristóbal que el EZLN ya había puesto todo lo
que tiene en La Otra y que ahora le toca a los demás demostrar lo
que están dispuestos a hacer por la causa.
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Madre zapatista con su hijo
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Y es que La Otra Campaña no va a ser un paseo
para nadie. Los zapatistas se han cansado de recordar a los que
buscan carrera política, tienen intereses ocultos o están
detrás de cualquier otro tipo de recompensa que ya pueden
olvidarse de saciar sus deseos a través de La Otra. Como dicen
ellos, la gente que se acerque a 'La Otra Campaña' va a hacerlo
con la seguridad de que no va ganar absolutamente nada. "Si
quieres ganar algo, éste no es el lugar, hay que irse a otro
lado; si quieres dar, aportar, trabajar o 'chingarte', éste es el
lugar y aquí tienes un lugar", comentó el Subcomandante
Marcos en una de las reuniones preparatorias de La Otra. En los
tiempos de hoy la gente está acostumbrada a ver resultados
inmediatos, a trabajar durante un tiempo para lograr unos frutos
determinados. Pero el desenlace de La Otra es impredecible: puede
desembocar en una gran revolución social desde abajo o puede ser
un auténtico fracaso. Lo único que se sabe es que la nueva fase
no va durar ni seis meses ni un año. "Actualmente se piensa
que el proceso va a durar cerca de diez años", señala el
citado Raúl.
Tras estos primeros días ya se puede vislumbrar
cómo va a ser esta primera etapa de contactos entre el EZLN y la
sociedad civil mexicana. En las reuniones de San Cristóbal, por
ejemplo, el Delegado Zero pasó horas y horas escuchando a los
diferentes delegados de las organizaciones adherentes a La Otra
para saber cuáles son sus ofertas, sugerencias y pretensiones a
la hora de crear un movimiento de resistencia nacional. Allí
hablaron los indígenas, los obreros, los campesinos, las
feministas, los chicanos, los ambientalistas, los protectores de
los animales, los internacionalistas y hasta una niña de nueve
años. Mientras el Subcomandante iba apuntando minuciosamente en
su cuaderno lo que le parecía interesante de cada una de las
intervenciones. En estas sesiones se abordaron temas de gran
interés como el concepto de anticapitalismo, la pregunta de cómo
se llega a los trabajadores que no tienen tiempo para politiqueos,
el excesivo personalismo de Marcos o cómo es posible que el EZLN,
un movimiento armado, esté presente en una iniciativa cívica y
pacífica como es 'La Otra Campaña'.
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El Delegado Zero escuchando atentamente a
los adherentes de La Otra
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Pese a las críticas, lo que ha quedado claro
estos días es que el EZLN tiene un poder de convocatoria enorme
y un claro ejemplo de ello fue la toma de Palenque, cuna de la
civilización Maya de la cual son descendientes los zapatistas.
Más de 5.000 bases de apoyo del EZLN invadieron las calles de
esta pequeña localidad chiapaneca para demostrar a los
rancheros armados que estaban emplazados en la entrada de la
ciudad de que ellos son muchos y no le tienen miedo a nadie.
Como constató el Comandante Zebedeo en la asamblea plenaria de
La Otra: "Aquí estamos, no nos hemos rendido, ni nos hemos
vendido. No nos venderemos ni nos rendiremos porque estamos muy
convencidos de que nuestra lucha tiene causas justas para los
pobres de México y del mundo."
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Las bases de apoyo del EZLN en las calles
de Palenque
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El Subcomandante Marcos, por su parte, declaró
en Palenque que La Otra había llegado a esta ciudad, en su día
unos de los mayores epicentros de la civilización maya, para
explicarle a los del capital que ellos habían hecho de esta
ciudad una especie de museo adonde los visitantes venían para
ver una cultura muerta, pero los zapatistas habían venido aquí
a demostrar que la cultura indígena maya está aún muy viva. Y
un buen ejemplo de ello fueron los resultados de las reuniones
bilaterales que el EZLN mantuvo en Palenque con ciertos
movimientos obreros y campesinos del norte de Chiapas. Los
zapatistas llegaron a un acuerdo de apoyo mutuo con la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT), hasta el punto de que Mario
Álvarez, secretario general del Comité Estatal Ejecutivo de la
CUT, llegó a decir en rueda de prensa extraordinaria para los
medios alternativos que "si alguien ataca al EZLN la CUT va
a salir en su defensa y lo mismo hará el EZLN si alguien se
mete con la CUT".
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El Subcomandante Marcos con
representantes de la CUT
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La CUT se convierte así en el primer gran
aliado del EZLN en La Otra Campaña. Estamos hablando de un
movimiento de trabajadores rurales sin tierra, con miles de
adeptos, que después de muchos años de despojos no tienen ya
casi nada que perder y que han proclamado abiertamente su
oposición a los tratados de libre comercio. Para Mario
Álvarez, las políticas neoliberales han sido nefastas para el
campo mexicano y sólo han traído privatizaciones masivas y la
entrada en el país de productos agrarios transgénicos y de
bajo costo subvencionados por los Gobiernos del norte. La CUT ya
ha anunciado que se producirán movilizaciones masivas en el
año 2007 gane quien gane las elecciones. Parece que se avecinan
cambios en la vida política de México. Imagínense que el EZLN
logra establecer una red de alianzas como ésta en todo el país
y que esa red nacional convoca una huelga general. ¿Qué
pasaría entonces?
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